Odio saber que sin vos no puedo vivir.
Odio saber, también, que no viviré.
Yaceré en las penumbras de donde
nadie, nadie, podrá salvarme jamás.
Soy un cuerpo atrapado,
un alma en pena, como dicen.
Una estrella apagada
al ausentarse tu presencia.
Es tan duro imaginarse tu partida.
Es tan duro imaginarse mi tristeza
a causa de ello.
Entonces, sonreiré sin gozo alguno;
durará lo que tenga que durar
esta tierna y falsa sonrisa hacia los demás.
Porque el mundo para mi,
es una cara...una faceta de tus propios ojos.
Para mi es tristeza y sufrimiento.
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