¿Sabés cómo es escuchar una y otra vez esas melodías que una vez escritas en el pentagrama hicieron que mi corazón saltara? Sufre porque me hace recordarte. Porque aun sabiendo que somos amigos muero por darte un beso, solo uno más. Esos días que pasamos no los cambio por nada. Quizás sean solo una confusión o una ilusión. No quiero soñarte más y despertarme cada mañana sabiendo que no estás. Sabiendo que nunca vas a ser mio, y que cuando te vea con otra no lo voy a poder tolerar. No entiendo qué pasó, por qué todo fue tan rápido. Quisiera volver... A esos terrenos desconocidos en los que todavía no habíamos pisado; no habíamos explorado nuestros labios ni mucho menos nuestros cuerpos. La pasión que nos corrió esa madrugada fue pasión de éxtasis.
Y ahora se me cierra el estómago. Me dice que quiere más, pero que si recibe otro de tus recuerdos va a explotar. No quiere acordarse de que nunca va a ser lo mismo y que cada vez que te vea o te tenga en mi memoria va a caer, se va a derretir, se va a tornar agua...
Y la gravedad es tan injusta, porque me arrastra hacia el suelo, sin piedad... sin piedad...
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