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martes, 31 de julio de 2007

Triste orta vez en la oscuridad de la noche

Sobre la noche hablo hoy.
Sobre la noche cantaré.

Altos los árboles susurran los secretos de la noche.
Las luces escuchan e iluminan las calles fantasmales.
Los asfaltos escasos de pizadas,
y el cielo escaso de estrellas;
lleno de nubes grises y niebla maldita.
Y una extraña sensación a amargura siento en mi corazón.
Un dolor interminable durante estos días,
una canción triste y pegadiza nubla mi mente.

Y estoy aquí, sentada frente a estas palabras.
Y no sé, la verdad, no sé qué estoy escribiendo.
Pero la oscuridad de este término del día
me empuja a hacerlo.

Y siguen, y siguen los recuerdos.
Cada uno de ellos se convirtió en una estaca mágica
convertidora de hielo.
Es que sí. Eso fue lo que prometí. Lo que hubiera querido hacer.
Pero el hielo se fue derritiendo
y ahora no tengo con qué protegerme.

El día que me claven otra estaca,
me congelaré en mis frías utopías.
Son deseadas y nunca tomadas, ni apropiadas.
Son imposibles, son un sueño.

La noche me hizo mal, me retiro.

sábado, 21 de julio de 2007

El Sueño

Hay cosas que no las controlo. Como los sueños.

Ayer y hoy tuve un sueño.
Uno grande y pequeño: Estoy en la playa disfrutando, caminando por la arena que los pies me seca. La gente molesta, los niños corren, yo sin embargo, indiferente, esperando algo, con la mirada hacia abajo. Esucho algo...se avecina un tormento para este mundo. La costa me dice algo. La costa también escucha. Mar, caos, viento, lluvia...Mis sentidos no funcionan, confundidos están. De un segundo a otro me doy cuenta de que la gente, las personas con las que vivo diariamente, y que no las puedo borrar de esta realidad, me empuja hacia atrás para que el mar no tome su cuerpo y lo haga parte de su ser. Yo, en cambio, estoy parada. No estoy sólo para, sino también triste y ansiosa...porque sé que de esta no nos vamos a poder salvar. Por más que corra, sé que el mar, el océano, es mucho más poderoso que nuestros pies, que nuestros muros de cemento. Puede controlar lo que sea, puede tomar y destruir lo que quiera. Puede superar la mayor altura de la pared más alta y gruesa. Por eso es que no puedo soportar, muero...Me despierto con la luz matutina que constantemente atraviesa mi ventana. Miro a través de ella, y veo un cielo cubierto de una sábana blanca como si fuera un manto de nieve. La luz del sol, a duras penas, puede salir. Los algodones fríos no lo dejan salir.
Y así comienza mi día. El primer día de mi muerte.

jueves, 19 de julio de 2007

La mente: la tuya, la mia y la de él.

Don Justo miraba hacia la ventana. Estaba lloviendo, pero el sol seguía allí. Dentro de su casa de Villa Crespo dominaba el silencio y el frío. Era pequeña, humilde. No era de esas que irradiaban una bienvenida cálida. La casa era indiferente para cada persona que la visitara. Pero a Don Justo nadie lo visitaba, nadie. No tenía familia, ni amigos, ni siquiera tenía mascotas. Todas las mañanas salía a la calle con su sobretodo y sus zapatos gastados. Como vida rutinaria, abría su puerta -negra, vieja, destruida por el tiempo- y salía a la calle. Pero hacía frío, y las ganas no le decían nada. Miró a su alrededor. Sólo observó tristeza. Puso la pava con agua a calentar para hacerse, como uno diría, “un rico té”. Pero al tomarlo no era rico y no era té. Era sólo agua hirviendo. No había té. Como un animal, gruñó, y se fue al sillón, también frío, congelado se podría decir.
Al parecer el frío domina nuestras mentes.

jueves, 5 de julio de 2007

Placentero tortuoso final

Un rojo vivo cubre su cuerpo
sus ojos fruncidos como escapando
y ocultando su mirada de algo.
Sus manos apretadas contra sus oidos
escapando de los ruidos.
Pero esta sola,
sola sin nadie en su alrededor.
Sus bellaz piernas se encuentran tiezas
su rostro demuestra terror.
Su piel morena esta sensible
sus sentidos mas agudos que nunca
aguarda algo pero no sabe que .
Ahora esta sumergida en tinieblas
la da placer pero siente temor, apasienta su dolor
ella no sabe que hacer
lentamente afloja sus manos
abre sus ojos.
Es el momento
llego su hora.
Ya nada puede hacer.

(L) Nicolás Bullrich (L)

martes, 3 de julio de 2007

A nadie le gusta la soledad. Yo la busco. En lo personal, siempre fui asi. Sí, soy asi menos con aquellas personas muy cercanas. Soy una flor marchita entre un pastizal seco, desgastado de que el viento lo arrace con su furia inconfundible. Y la mirada del sol, penetrante sobre mis ojos no me deja ver claramente la realidad. No estoy conciente. Sé que no tengo que estar acá. Estoy perdida. Me miento día y noche, para buscar una salida. Entonces, duermo. "Me quedaría asi", pienso al despertar mi mente de la vil imaginación. Podría no despertar más, y dejar todo de lado. Ser como soy en otra parte: pesimista, violenta, egoísta, rara, ciclotímica, esquizofrénica...no sé. ¿Algo más se les ocurre?. Porque debo de tener algo más. La gente que me conoce lo tendría que ver.
Simplemente no quiero más estar como estoy. No por mi. Por los demás. Me hacen sentir incómoda y un peso para ellos. No quiero ser un problema en el cual tengan que encargarse, cuando tienen tantos que vuelan alrededor, en todas partes.
Necesito afecto. Pero cuando me lo dan, lo rechazo. ¡¿Quién me entiende?!

lunes, 2 de julio de 2007

Tus palabras

"No tengas miedo a crecer, es inevitable y creeme es lindo; poco a poco. Vas a ir tomando las riendas de tu vida, tu tan preciada libertad ya va a llegar. Cuando tengas miedo pensé en que siempre te voy a apoyar en tus decisiones y te voy a acompañar sin importar lo que pase y nada ni nadie me va a separar de vos." (N.B.)